El presidente Donald Trump pasó semanas reduciendo la gravedad del coronavirus. “Prácticamente lo hemos parado”, decía el 2 de febrero. “Un día desaparecerá, como un milagro”, alentaba el 27 del mismo mes; “Nada se cierra por la gripe”, alegaba en protesta por las medidas confinamiento que parecían ya inevitables el 9 de marzo.
Y, mientras decía todo esto, estaba consciente de la dura crisis sanitaria que se cernía sobre Estados Unidos y sobre medio mundo. La falsedad ha quedado patente este miércoles, después de que The Washington Post publicara una grabación en la que el presidente admite que ha restado importancia a la pandemia de forma deliberada.
El audio corresponde a una de las entrevistas que el mandatario concedió a Bob Woodward para su libro Rage (“Rabia”), del que este miércoles se hicieron públicos algunos fragmentos.
“Es más mortal incluso que una gripe intensa. Esto es algo mortal”, advirtió el mandatario republicano a comienzos de febrero. “Siempre quise restarle importancia. Todavía me gusta restarle importancia porque no quiero crear pánico”, dijo Trump a Woodward el 19 de marzo en una grabación compartida por la CNN.
Mientras tanto, directivos de nueve farmacéuticas se comprometieron a que la vacuna para la Covid-19 será segura y eficaz, en cuanto sea producida masivamente.
Los ejecutivos firmaron un acuerdo para garantizar que la experimentación y la producción del fármaco seguirán con “altos estándares éticos y principios científicos”.
El pronunciamiento de las firmas ocurre en medio de una carrera internacional por obtener un preparado que apacigüe el avance de la pandemia del coronavirus y cuando la presión política aumenta en Estados Unidos, por las elecciones presidenciales del próximo 3 de noviembre.
Democrats, OPEN THE SCHOOLS ( SAFELY), NOW! When schools are closed, let the money follow the child (FAMILY). Why should schools be paid when they are closed? They shouldn’t!
— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) September 10, 2020
- Tal vez te pueda interesar: Proponen, nuevamente, a Trump para el Nobel de la Paz