Odebrecht y el soborno como inversión

En 1944, un joven ingeniero y empresario brasileño llamado Norberto Odebrecht fundó una empresa personal dedicada al rubro de la construcción, esto en el estado de Salvador de Bahía. Al tratarse de un proyecto muy personal para continuar con los negocios de su familia, aquel joven decidió ponerle su propio nombre: Construtora Norberto Odebrecht.

60 años después, Organización Odebrecht se convirtió en uno de los conglomerados más grandes de América Latina, con más de 150 mil empleados en más de 60 países alrededor del mundo. La organización expandió sus horizontes, incursionando y siendo líder en sectores como el petroquímico.

En diciembre de 2016, el Departamento de Justicia de los Estados Unidos publicó una investigación sobre la actividad de Odebrecht en distintos países. De acuerdo con la dependencia norteamericana, el conglomerado sobornó a funcionarios de al menos 12 países para conseguir contratos y beneficios de obras públicas; el monto total de estos pagos ilegales se calcula en aproximadamente 788 millones de dólares.

Funcionarios y políticos de Brasil, Argentina, Colombia, Venezuela, Ecuador, Panamá, y por supuesto México, fueron señalados como beneficiados de aceptar sobornos a cambio de contratos millonarios para Odebrecht. En su natal Brasil, el expresidente Lula Da Silva llegó a ser inculpado y, después de un par de años, terminó en la cárcel por delitos de corrupción.

Aunque el escándalo fue mayúsculo, la realidad es que esta práctica era bastante común en las negociaciones con Odebrecht. De acuerdo con la investigación, en 1987, la empresa creó un fondo de inversiones al que denominaron ‘Caja B’, bajo el concepto de ‘sector de relaciones estratégicas’ con sus clientes y socios.

De acuerdo a declaraciones de una exempleada, quien era la encargada de ese departamento, la ‘Caja B’ servía para pagar sobornos millonarios a funcionarios públicos. 30 años después, la testigo pudo entregar registros de estas transacciones a la justicia brasileña.

En 2019, la empresa se declaró en bancarrota.

La relación con México

Las investigaciones sobre Odebrecht revelaron nombres y cargos de funcionarios públicos en toda América Latina que aceptaron sobornos de la empresa, no obstante, el caso de México fue distinto.

En un principio, la investigación reveló que este conglomerado ganó contratos por un valor de 39 millones de dólares entre 2010 y 2014 (sexenios de Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto), esto para el mantenimiento de 3 refinerías: Mintatitlan, Tula y Salamanca.

Fuera de esto, no existieron nombres, ni señalamientos reales a funcionarios públicos, aunque se hablaba de una cantidad cercana a los 10 millones de dólares que pagó la empresa en México para obtener sus contratos.

Lozoya y Peña

En mayo de 2019, la Fiscalía General de la República emitió una orden de arresto contra Emilio Lozoya Austin, exiderctor del PEMEX durante el sexenio del presidente Enrique Peña Nieto. La FGR acusó a Lozoya de haber recibido sobornos de la firma brasileña a cambio de los contratos públicos que le adjudicaron.

En la orden de aprención, el exfuncionario era acusado de los delitos de asociación delictuosa, operaciones con recursos de procedencia ilícita y cohecho. Lozoya residía en España cuando fue detenido por autoridades locales y extraditado a México a en julio de 2020.

Unas semanas después de su retorno a México, Lozoya declaró ante las autoridades tener pleno conocimiento y pruebas sobre sobornos a exlegisladores del Partido Acción Nacional para aprobar la Reforma Energética, una de las iniciativas clave en el sexenio de Peña Nieto.

Los nombres que Lozoya dictó en sus declaraciones cimbraron las bases del PAN, tocando desde gobernadores (como el queretano Francisco Domínguez Servién), hasta el excandidato a la presidencia Ricardo Anaya Cortés. Después de las declaraciones, un video filtrado en redes sociales mostraba a dos exfuncionarios panistas del senado recibiendo bolas llenas de billetes, era la prueba del supuesto soborno.

De acuerdo con información del periodista Carlos Loret de Mola, Enrique Peña Nieto dijo desconocer estos sobornos a legisladores, y en caso de ser reales, Lozoya sería el único responsable de la situación. En este mensaje, el expresidente se mostró dispuesto a declarar en caso de recibir el llamado de la FGR.

En la columna publicada por el diario El Universal, el expresidente aceptó tener conocimiento de la relación entre Emilio Lozoya y los dueños de Odebrecht, pues fue su exdirector de PEMEX quien los promovió para hacer negocios en México, sin embargo, negó recibir recursos de ellos para su campaña o para impulsar sus reformas.

La reforma energética

La reforma energética, parte del paquete conocido como ‘reformas estructurales’, fue uno de los puntos clave en el sexenio de Enrique Peña Nieto como presidente de la república. El punto más llamativo de esta reforma fue la derogación del artículo 28, en el que suprimía el monopolio estatal de PEMEX y abría la oportunidad a otras empresas para transportar e importar hidrocarburos.

Otro asunto importante fue la liberación de los precios de los combustibles, retirando el subsidio federal que mantenía el Gobierno Federal para regularlo. Los principales argumentos de estas medidas, eran que los consumidores podrían tener mejores precios, gracias a un mercado interno que daría prioridad a la competencia, además de atraer inversión externa.

Según datos de El Economista, desde que se promulgó la reforma y el mercado de los combustibles fue liberado, las gasolinas incrementaron sus precios hasta en un 16.9 por ciento. De acuerdo con datos del mismo diario, la gasolina Magna aumentó su precio en 5.83 pesos por litro, la Premium aumentó 6.42 pesos por litro y el Disel aumentó 7.10 pesos por litro.

Finalmente, si bien la reforma fue un incentivo para muchas empresas privadas a nivel internacional (Odebrecht en su momento) la poca posibilidad de privatizar todo el mercado, más el alza de las tasas de interés, han provocado que muchas compañías aún no vean ganancias significativas, esto de acuerdo al Instituto México Woodrow Wilson.

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