INDÍGENAS SIGUEN EN REZAGO EDUCATIVO

El sistema educativo atraviesa en el mundo un cambio drástico a causa del coronavirus. En México mostró los huecos que la enseñanza tiene en zonas marginadas, aunque tampoco eran desconocidas. Es difícil seguir el ritmo de los programas de estudio para niños y jóvenes que viven en lugares donde desde hace décadas el acceso a la educación es limitado. Para la era en que vivimos estas necesidades deberían estar cubiertas tanto en ciudades como en zonas rurales.

Con las escuelas cerradas la educación a distancia es la solución que se dio para no perder los ciclos escolares. Resulta complicado para muchos estudiantes ponerse al día por medio de una laptop y la Internet. Es imposible, si además la infraestructura necesaria no llega a zonas de escasos recursos, donde ni siquiera hay red eléctrica, simplemente no hay manera de sumarse a la iniciativa que, aunque es positiva, no ayuda a todos.

Por otra parte, los encargados de la enseñanza se quedan también a la deriva por la falta de acceso a redes o no cuentan con la preparación adecuada para impartir estas clases a distancia. Al pensar en el futuro, nos damos cuenta de que muchos países se enfrentarán a una crisis no solamente financiera o de salud; también hay que resolver los retos que implican regresar a una normalidad que dejó de ser y que no podrá recuperarse, tampoco en el tema educativo.

La educación en México es un derecho constitucional. El desarrollo de herramientas modernas es urgente para no rezagarnos en comparación a otras naciones. En medio de la pandemia de coronavirus, la solución de las autoridades es la educación televisada. A partir del 24 de agosto se transmitirán clases desde preescolar hasta secundaria a través de los canales de Televisa, TV Azteca, Canal Once, entre otros.

De esta manera la educación gratuita seguirá garantizada. De acuerdo con el titular de Educación Pública (SEP), Esteban Moctezuma Barragán, al regresar a las aulas se medirá el avance o rezago de cada alumno en una atención personalizada. Se establecerá un periodo de tres semanas cuando se restablezcan las clases presenciales para que maestras y maestros hagan una evaluación diagnóstica y conozcan los casos de retraso, pero también de avances superiores a los esperados.

Sin embargo, hay un atraso latente desde hace décadas en México que tiene que ver con la educación indígena. En estas zonas, donde la población sigue marginada, el derecho a la educación sigue siendo inalcanzable. A falta de escuelas y maestros se toman clases televisadas desde hace años, lo cual es una broma porque en muchos de estos lugares, los gobiernos anteriores donaron televisiones para cubrir esta demanda, pero no hay luz ni llega la transmisión.

En estas zonas, desde que comenzó la pandemia se respondió con clases por medio de la radio. El secretario de la SEP, Esteban Moctezuma Barragán, está consciente de que los infantes no cuentan con computadoras, tablets o celulares en sus comunidades, con los que puedan acceder a Internet para unirse a grupos de clases en línea o por televisión.

Instituciones y educación en pueblos originarios

El Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas (INPI) y la Red de Radiodifusoras Comunitarias e Indígenas se sumaron desde abril a esta tarea. La duda es cómo lo hacían antes de la pandemia si en muchas zonas rurales no hay salones ni profesores. Es un avance que en este sexenio se cuente con programas radiofónicos donde se incluyen contenidos propios de las comunidades y se haga en lenguas indígenas.

Este año el Programa de Apoyo a la Educación Indígena tiene un presupuesto de poco más de un millón 590 mil pesos. Este Programa contempla cinco modalidades de apoyo a estudiantes indígenas de distintos niveles: hospedaje (Casas de la Niñez Indígena); alimentación balanceada y culturalmente adecuada; becas para nivel superior y apoyo a titulación; seguro contra accidentes, y actividades complementarias social, lingüística y culturalmente pertinentes. Según reportan, durante la actual contingencia sanitaria se ha apoyado a 73,732 niños, niñas y adolescentes.

Pero para el acceso a la educación no solamente es necesaria una escuela, salones, material educativo. También se requiere de acceso a la salud, a la buena alimentación, a carreteras.

“Lo primero es arreglar la carretera. Si no la arreglan no se puede llegar. Si se va la luz en toda la comunidad, tampoco se puede llegar para arreglarlo. Les escribí (a la SEP) que son necesarios cubrebocas, gel antibacterial, asistencia de médicos en la clínica de la comunidad, porque la atención la dan dos enfermeras. También creo que es importante explicar a fondo lo que pasa con la enfermedad, pero en lengua, en audios y carteles, para que lo sepa toda la comunidad. Perifoneo para avisar los días de clases”

La enseñanza en los pueblos indígenas mexicanos es catalogada como intercultural, comunitaria, respetuosa de la diversidad e incluyente, pero la realidad es que está limitada, tiene contrastes y rezagos. Desde el siglo pasado se pretende incluir a estas comunidades en los programas educativos. Sin embargo, los resultados son el desinterés y la deserción, el analfabetismo sigue en índices muy altos.

Desde el mismo punto de vista de los pueblos indígenas, durante décadas el proyecto de educación es “etnocida”, pretendieron “castellanizarlos”. A partir de la década de los 70 se pensó en una educación diferenciada, mediante lengua y cultura, promovida e impulsada por la Alianza Nacional de Profesionistas Indígenas Bilingües, A.C. (ANPIBAC), una organización indígena que cuestionó a la educación escolarizada en estas regiones y logró sentar las bases de la educación bilingüe y bicultural, la primera política pública educativa para indígenas.

Faltó interés de parte de las autoridades y la propuesta no rindió frutos, aunque hoy se siga hablando de que existe esta integración de las comunidades a la educación. Todavía hacen falta profesores que enseñen el español como segunda lengua y no como la única que se hable en México. Es prácticamente inexistente un sistema educativo bilingüe intercultural, en el que se capacite a los docentes. Todavía hacen falta materiales bilingües y textos pedagógicos con este enfoque.

En este sentido, pareciera que el gobierno sigue marginando a estas comunidades. Por otra parte, problemas como la migración debido a la falta de oportunidades hacen que estos grupos pierdan interés en asistir a escuelas y por lo mismo, estos programas bilingües no pueden tener éxito porque no hay quien se beneficie.

Al contrario, hay comunidades que se aferran a su identidad. Bruno Baronnet, autor de una investigación realizada en territorio zapatista, habla de una educación autónoma, distanciada de los programas oficiales, en la que estos pueblos se organizan y sostienen la educación con sus propios recursos.

Por lo pronto, la siguiente semana comenzará en nuestro país el ciclo escolar 2020-2021. Es cierto que la mayoría de las familias mexicanas cuenta con un televisor. Estará cubierto ese requisito para aprender. Pero hay huecos que se irán llenando conforme avance este programa nombrado Aprende en casa II, que producirá y transmitirá 4,550 programas de televisión y 640 de radio en 20 lenguas indígenas.

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