Eligen investigadora de la UNAM para grupo de la OEA

Por unanimidad la investigadora Laura Elisa Pérez Gómez, investigadora del Programa Universitario de Derechos Humanos de la UNAM fue elegida presidenta del Grupo de Trabajo del Protocolo de San Salvador, de la OEA.

Esta instancia forma parte de la Organización de las Naciones Unidas y tiene entre sus objetivos la integración de recomendaciones para todos los países interamericanos enfocados al respeto, protección y garantía de los derechos humanos, económicos, sociales, culturales y medioambientales.

Para Pérez Gómez esta presidencia, que iniciará mañana día 18, es un orgullo para la Máxima Casa de Estudios del país porque coincide con las actividades canalizadas hacia el desarrollo de indicadores en derechos humanos.

La experta en investigación de operaciones explicó que el Protocolo de San Salvador es adicional a la Convención Americana sobre Derechos Humanos, y se centra en las garantías sociales para la región interamericana.

Este tratado internacional, como muchos otros, cuenta con órganos de supervisión que permiten revisar el cumplimiento de sus mandatos de manera sistemática.

El Protocolo fue adoptado en 1988, pero el monitoreo a través del GTPSS fue puesto en operación y tuvo sus primeros nombramientos en 2009. En 2014, Laura Elisa Pérez Gómez fue postulada por la academia y la sociedad civil ante la Secretaría de Relaciones Exteriores de nuestro país para formar parte del grupo como experta independiente.

Esa dependencia gubernamental envió su candidatura a la OEA, y su secretario General recibió la postulación e hizo el nombramiento.

Actualmente, refirió la universitaria, el GTPSS se conforma por siete personas, cuatro de ellas expertas gubernamentales con funciones específicas en los gobiernos que las postulan; dos expertas independientes, que representan las propuestas de la sociedad civil y la academia; y la relatora Especial para los Derechos Económicos Sociales, Culturales y Ambientales de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.

Aunque como presidenta tendrá funciones específicas, como representación del Grupo ante la OEA “estamos acostumbrados a trabajar de manera coordinada, por consenso.

Nuestros nombramientos son Ad honorem, es decir, no recibimos pago; nuestra misión es avanzar para que haya un mejor disfrute de los derechos”.

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