¿Cómo se hace una vacuna?

¿Cómo se hace una vacuna? Quizá sea la pregunta que muchas y muchos nos hicimos con el anuncio de que México y Argentina (con ayuda de Carlos Slim) producirán la vacuna contra el COVID-19 para América Latina.  Aquí te contamos de manera muy sencilla como se hace una:

Un poco de historia

La primera vacuna en la historia fue elaborada en 1796 por el médico, investigador y poeta inglés Edward Jenner.  En aquellos años, distintos pueblos y aldeas de Inglaterra padecían una epidemia de viruela que causó un número elevado de muertes. Jenner documentó los casos y observó que las granjeras lecheras desarrollaban una variante distinta de esta enfermedad, la cuál era menos mortífera y otorgaba inmunidad a quienes se contagiaban.

Jenner dedujo que esta nueva viruela provenía de las vacas, así que recolectó una muestra y se la inyectó a un niño de 8 años de edad. El pequeño enfermó, pero 48 horas después se recuperó totalmente y adquirió inmunidad contra la viruela humana. La primera vacuna había sido exitosa y el resto es historia.

Así funciona una vacuna moderna:

La vacuna moderna tiene otras variantes y elementos, pero su fundamento es básicamente el mismo: lo que se inyecta en el cuerpo es una cepa modificada y menos peligrosa del virus que se pretende combatir, esto para que nuestro sistema inmunológico genere anticuerpos nuevos que ayuden a combatir a la enfermedad real.

Déjeme explicarlo de esta forma: una vacuna es algo así como una ‘sparring’ o un entrenamiento para que nuestro cuerpo resista los efectos de un virus y pueda defenderse.

Los pasos para hacer una vacuna

De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, hay distintas etapas para elaborar una vacuna:

  1. Lo primero es identificar un virus nuevo, aislarlo y notificar a la OMS de esta situación para iniciar el proceso
  2. Después hay que volver al virus ‘menos peligroso’, esto se hace mediante modificaciones genéticas para que pueda manipularse sin tanto riesgo.
  3. El virus se cultiva en células primarias. Por ejemplo, desde 1930, los laboratorios usan huevos de gallina para hacer vacunas contra la influenza. El virus se inyecta en el huevo, después se extrae el líquido y este ya contiene un elemento llamado ‘antígeno‘ que es clave.
  4. Se aísla el antígeno, que es básicamente el elemento que ayuda a nuestro sistema inmunológico a generar anticuerpos. Se le añaden algunos estabilizadores y preservativos como detalles finales.
  5. Si la vacuna pasa las pruebas, se le envía a la OMS para comenzar su fabricación y distribución.

Está claro que explicado así el proceso suena bastante simple, pero hay que recordar que tanto la OMS, como otras instituciones especializadas en medicamentos, tienen rigurosos procesos de calidad, control y verificación de vacunas para que pueda permitirse su venta. Recordemos, básicamente se inyecta un virus muerto o muy débil.

Por eso cuando la OMS dice que no tenía a la famosa Sputnik V entre sus prototipos contemplados para combatir el COVID-19, puede ser complicado asegurar que no existe riesgo alguno en aplicarla a seres humanos.

Cuando vemos que Argentina, México, Fundación Carlos Slim, AztraZeneca y la Universidad de Oxford tienen ya un acuerdo para producir su vacuna, es preciso que sea autorizada por la propia OMS, en Estados Unidos por la FDA, y en México por la COFEPRIS.

Tal vez te pueda interesar: RUSIA RECHAZA IMPUTACIONES SOBRE SU VACUNA

Publicaciones Similares