Desde 1979, cada 16 de octubre se conmemora el Día Mundial de la Alimentación, esto por iniciativa de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO por sus siglas en inglés); el objetivo principal es reducir el hambre en el mundo.
A mediados de la década de los 70, surgió la necesidad y preocupación de distintas potencias mundiales, así como por organizaciones internacionales, de reducir el hambre en las zonas más desprotegidas y afectadas en el mundo, ya sea por conflictos bélicos o por situaciones políticas inestables.
Con la conformación del FAO en plenitud, y con la primera celebración del Día Mundial de la Alimentación, los objetivos de las Naciones Unidas permitieron la creación de la Agenda 2030 con una meta de hambre cero, buscando el abasto pleno de alimentos en todo el mundo.
Celebración para el 2020: crísis sanitaria
Este año en particular, la FAO hace un llamado a mudial a la solidaridad para conseguir alimentos saludables que lleguen a todos los rincones del planeta, especialmente en los lugares más desfavorecidos y que han resultado más afectados por la pandemia de COVID-19.
También se pretende realizar un homenaje a los #HéroesdelaAlimentación en todo el mundo, quienes se han mantenido en la primera línea para mantener el abasto de medicamentos, especialmente de corte agrícula, así como a toda la industria y logísitica de transporte y distribución. El lema de este año, propuesto por las propias Naciones Unidas, es:
«Cultivar, nutrir, preservar. Juntos»

Exigir una alimentación más sana
Según datos de la FAO, a nivel mundia, 672 millones de adultos y 124 millones de menores son obesos y 40 millones de niños menores de 5 años tienen sobrepeso, lo que supone una propia pandemia de mala alimentación, que puede reducir la esperanza de vida, sobre todo a edades tempranas.
En estos mismos resultados, la FAO demuestra que la comida rápida ha desplazado en gran medida a la comida del hogar, además de que se redujo el consumo de ingredientes como frutas y verduras por harínas, azúcares y grasas para cocinar. Esta realidad, sumada al estilo de vida sedentario, trajo como consecuencia que la obesidad se volviera la principal causa de muerte a nivel mundial.

¿Cómo llevar una alimentación más sana?
La principal recomendación de la FAO, para quienes tienen esta posibilidad, es apostar por más comidas preparadas en el hogar, especialmente consumiendo productos locales: seguir eligiendo vegetales, frutas y especias ricas en vitaminas y minerales.
Es importante elegir este tipo de alimentos para niños y adolescentes, sustituirlos por todas las azucares y grasas que puedan venir en alimentos procesados, los que dañan el metabolismo a primeras edades y pueden generar enfermedades. Ampliar la gama de vitamínicos, que ayudan tanto a la salud como a la economía local.

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