Día contra la violencia a las mujeres
Para entender el presente y transformar el futuro, es imprescindible mirar al pasado y aprender de las luchas que nos precedieron. En este recorrido histórico, recordamos un fragmento vital de la resistencia feminista que buscó —y sigue buscando— una vida digna y libre de violencia para todas las mujeres.
El inicio de una fecha histórica
En julio de 1981, Bogotá, Colombia, fue testigo del I Encuentro Feminista de América Latina y el Caribe, un evento en el que más de 200 mujeres de América y Europa se congregaron para compartir experiencias, ideas y estrategias de lucha. Durante varios días, las participantes discutieron proyectos enfocados en erradicar la violencia y la desigualdad, y el encuentro culminó con una decisión trascendental: declarar el 25 de noviembre como el “Día Mundial de NO MÁS VIOLENCIA CONTRA LAS MUJERES”.
La elección de esta fecha no fue casualidad. Honraba la memoria de las hermanas Patria, Minerva y María Teresa Mirabal, conocidas como “Las Mariposas”. Estas valientes mujeres formaban parte de la Agrupación 14 de junio, un movimiento que se opuso firmemente a la dictadura de Rafael Leónidas Trujillo en República Dominicana. El 25 de noviembre de 1960, las tres fueron brutalmente asesinadas por órdenes del régimen, un acto que simbolizó la violencia extrema que enfrentaban las mujeres bajo sistemas opresores.
De la memoria a la acción global
Más de una década después, en los primeros meses de 1993, la Tribuna Internacional de la Mujer lanzó una campaña global para recolectar firmas que exigían reconocer la violencia de género como una violación de los derechos humanos. Esta iniciativa logró posicionar el tema en el centro de la agenda de la Conferencia Mundial de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, marcando un punto de inflexión en la lucha por la igualdad.
Un legado que sigue vivo
El Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer no solo nos invita a recordar los sacrificios de las hermanas Mirabal y las decisiones de valientes feministas en 1981, sino también a continuar la pelea por un mundo en el que las mujeres vivan libres de violencia. Es un día para transformar la rabia en esperanza y la esperanza en acción.
Por nuestras ancestras, por nosotras, por todas, este 25 de noviembre se renueva el compromiso de erradicar la violencia de género y construir una sociedad justa, igualitaria y segura para las próximas generaciones.