El pintor quedó impresionado por la sensualidad de Victoria Dorantes, la joven de 18 años que conoció en una cantina. Ambos estaban de acuerdo en hacerle un retrato pero el marido de ella se oponía.
En 1962 apareció en los libros de texto gratuitos la imagen de una sensual mujer de rasgos indígenas cubierta solo por una ceñida túnica blanca que dejaba ver su prodigiosa figura: se llama Victoria Dorantes.
Anónimamente ella se fue convirtiendo en el símbolo clásico de la patria porque tan solo en los próximos 10 años siguientes se publicaron 400 millones de ejemplares escolares con su retrato, paradójicamente su historia no fue contada en ninguno de ellos.
La identidad de Victoria Dorantes
Su nombre era Victoria Dorantes y tenía sólo 18 años de edad cuando el pintor jaliscienseJorge González Camarena quedó prendado de su belleza durante una visita a Tlaxco, estado de Tlaxcala, de donde ella era originaria.
Los celos del marido de ella
El artista, quizá también tratando de seducirla, le pidió que posara para él pero ella respondió que eso era imposible pues estaba casada y su marido era, además de celoso, un matón al servicio de un hombre adinerado de Hidalgo.
Supo después que el esposo, además, le había soltado ráfagas a los pies para inhibir cualquier intento de infidelidad.
La viuda
Entonces Jorge González abandonó el proyecto de pintarla, hasta que un día se enteró de la realización de un funeral en la casa de Victoria; él pensó que la joven ya había muerto tras un ataque de celos del esposo, pero al entrar descubrió que era precisamente el esposo el que estaba siendo velado.
La sensual mujer tlaxcalteca quedó viuda a los 19 años y libre para posar para el pincel de González Camarena.
La belleza de Victoria se importalizó
Desde este momento el artista la usó para muchas de sus obras, pero en la que alcanzó el esplendor fue en “Patria”, un óleo sobre tela de 1.20 x 1.60 metros, que poco después fue la que eligieron las autoridades educativas para las portadas de los libros de texto: la primera vez de 1962 a 1972 y luego de 1992 a la fecha.
El familiar de Jorge González Camarena, Marcel González Camarena, afirma que su abuelo y Victoria Dorantes vivieron un fuerte romance durante muchos años, pero en algún momento de la historia terminaron la relación y nunca se supo más de la atractiva joven indígena.
El olvido
Marcel ha buscado infructuosamente más información sobre Victoria, pero tal parece que todo registro se esfumó y lo único que se supo es que murió por alcoholismo.
Existen indicios de que Jorge González Camarena vio por primera vez a su musa indígena en una cantina y fue en ese momento cuando se enamoró.