La luz al final del túnel aparece tras el descenso de casos positivos, luego de la más reciente ola de COVID-19 en Estados Unidos, generada por la variante Delta. No obstante, expertos advierten que no hay que cantar victoria y anticipan que el SARS-CoV-2 será parte de la vida diaria en los próximos años.
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Hasta este lunes, el promedio de siete días para los casos diarios fue de 172 mil, su nivel máximo. La tasa de crecimiento se está desacelerando y los casos disminuyen en la mayoría de estados, según datos compilados por Covid Act Now.
Sin embargo, más de mil 800 personas muren al día y más de 100 mil permanecen hospitalizadas por COVID-19 severo. Un cruel recordatorio de los desafíos que han enfrentado las autoridades para vacunar a tantos estadunidenses como sea posible.

Descenso de casos positivos
Bhakti Hansoti, profesora de medicina de emergencia en la Universidad John Hopkins dijo que Estados Unidos sigue una trayectoria similar a la de India.
Los países de Europa occidental también presentaron caídas similares en sus oleadas de delta. Y aunque Hansoti respiró de alivio cuando acabó la ola de primavera, admite que esta vez está “un poco indecisa”.
Nuevas variantes
La posible aparición de nuevas variantes de preocupación y la llegada de un clima más frío, que provoca más socialización en interiores, podría conducir a un repunte. “A menos que aprendamos de las lecciones de la cuarta ola”, advierte.
No obstante, persisten las incertidumbres: Por ejemplo, las personas infectadas todavía pueden padecer de COVID-19 prolongado.
Greg Poland, experto en enfermedades infecciosas de la Clínica Mayo, predijo que la humanidad estaría lidiando con el COVID-19: “Bastante más allá de la expectativa de vida de muchas generaciones”.
“Todavía estamos inmunizándonos contra aspectos del virus de la influenza de 1918”, recordó.