El combate a la inseguridad se perfila como uno de los temas de mayor envergadura entre los nuevos acuerdos de México con EU
ROMPECABEZAS
Por Abel Luna Espinosa
ENTRE LOS ACUERDOS iniciales de los gobiernos de México y de los Estados Unidos el combate a la inseguridad se perfila como uno de los de mayor envergadura.
Después de los constantes exabruptos del expresidente Donald Trump, ahora el problema de la inseguridad ocupará un espacio en la agenda bilateral. Y dentro del mismo la situación del contrabando de armas del norte hacia nuestro país.
Estos propósitos, vertidos durante la visita de la vicepresidenta Kamala Harris con López Obrador son de largo aliento porque seguridad y armas van entrelazados. Ahora veremos si realmente hay voluntad de ambos gobiernos para acabar con estos flagelos.
La presencia de Harris en Guatemala, además, implica el propósito de la administración Biden por dar soluciones a los olvidos que tuvieron otros gobiernos en Washington. La muestra más evidente es la constante corriente de emigrantes centroamericanos hacia México.
Los funcionarios hablaron de inversiones para ir dándole salidas a esos problemas, pero también se apuntó que los propios gobiernos centroamericanos deben hacer su parte.
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La nueva cara de la Casa Blanca
La nueva cara de la Casa Blanca parece dejar atrás el espíritu bélico de otros gobiernos. Porque el mantenimiento de sus bases militares en el extranjero representa costos muy elevados en gasto, hombres y equipos.
El llamado síndrome de Vietnam todavía permea en muchos espacios estadunidenses. Una muestra de que la estadunidense es una sociedad armada (aparentemente bajo el argumento de la defensa personal y de sus propiedades), podemos verlo en los constantes escenarios de tiroteos entre civiles.
Todo indica que la geopolítica de Biden hacia México toma un giro y en ese sentido las partes acordaron nuevos encuentros. El próximo será para septiembre.
Además del combate a la inseguridad, ambos gobiernos han manifestado su interés por un trabajo conjunto para la reducir las muertes relacionadas con las drogas en ambos lados de la frontera. Así como aminorar la letalidad de esas fuerzas ilícitas.
Ciudad de México
AL CONTARSE EL 96 por ciento de los votos en la alcaldía Cuauhtémoc, de la Ciudad de México, la morenista María de los Dolores Padierna pierde frente a Sandra Cuevas Nieves, de la alianza entre los partidos de la Revolución Democrática, Revolucionario Institucional y Acción nacional.
Padierna denunció compra de votos y la participación de grupos mafiosos de la localidad en su contra. Sin embargo, ahora parece que se le olvidó que muchos de esos grupos también la llevaron al poder en otra ocasión. Pero la inseguridad y el desastre en que dejó la Cuauhtémoc a los ciudadanos no se le olvidó en el momento de la votación.
Compra de votos de Chiguil
EL MAESTRO FRANCISCO Chiguil, quien, aparentemente logró la reelección en la Gustavo A. Madero tampoco tiene todas consigo. En las últimas horas denunciaron a su grupo por “compra” de votos entre los habitantes del Octavo Distrito Electoral.
En este sentido si hay impugnaciones, puesto que no ha concluido el conteo de las casillas electorales (98 por ciento). Veremos si realmente esa práctica queda comprobada y si eso mismo no ocurrió en otras zonas de la alcaldía, podría haber sorpresas. Ya que tiene apenas un 4 por ciento de diferencia frente a su más cercana competidora, María del Carmen Pacheco Gamiño.
RSP
Muy alejado en las preferencias de los votantes quedó el empresario Toshimi Hira (Toshi) de Redes Sociales Progresistas (RSP) quien recordó en un mitin que la gente en la GAM ya está harta de 20 años de política sucia en esa alcaldía, aludiendo sin citarlos directamente a Víctor Hugo Lobo y Noria Arias.
Para quienes tomaron nota del punto las RSP anunciaron la creación de un grupo “cazamapaches” denominado “Mastines”, después fue disuelto. A quienes se les ocurrió eso, olvidaron que la campaña tuvo momentos de violencia en algunas partes de la ciudad, y del país. Eso los votantes tampoco lo olvidaron en el momento de cruzar sus boletas.
Por ahí hablaba de un personaje con orígenes no muy claros, pero con tendencias neofascistas. ¿Habrá seguido en el directorio de RSP? Por ahí surgió esa decisión y se la “vendió” a los dirigente Fernando González y René Fujiwara, yerno y nieto de Elba Esther Gordillo.