Por la pandemia de COVID-19 existe una situación de emergencia en salud mental. Causado por el aislamiento, muerte de familiares por el nuevo Coronavirus y pérdida de empleos. Entre otros factores que son caldo de cultivo para el desarrollo de diversas patologías. Así lo consideró la docente de la Facultad de Psicología de la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ), Cintli Carolina Carbajal Valenzuela.
Precisó que además, durante la contingencia sanitaria aumentó el consumo de alcohol y drogas así como de medicamentos controlados Además el encierro provocó en algunos casos aumento en la violencia, la depresión, el estrés, ansiedad e incrementaron los miedos.
“El hecho de tener que estar más en contacto con algunos familiares, puede hacer que se preste a mayor número de conflictos. Eso puede aumentar la violencia no sólo física, sino psicológica, incluso sexual. Y al mismo tiempo hay una gran cantidad de la población que se tuvo que aislar sola, esto también desencadenó esos trastornos depresivos”, precisó.

Carbajal Valenzuela dijo que las relaciones sociales se vieron mermadas y pareciera que con ello aumentaron los problemas de salud mental.
Refirió que con la cancelación de clases presenciales los niños experimentaron ansiedad y depresión. Principalmente para quienes viven situaciones de violencia en casas, tienen enfermos en el hogar y ya están presentando ya distintas patologías.
Finalmente, la docente de la Universidad Autónoma de Querétaro dijo que es difícil determinar que puede suceder luego de la pandemia por COVID-19. Sin embargo, el saldo del nuevo Coronavirus es una emergencia en la salud mental.