Desde el Museo del Tempo Mayor, edificio central de la gran Ciudad de México-Tenochtitlán, el presidente López Obrador conmemoró más de 700 años de cultura indígena. El Templo Mayor era un espléndido edificio que tenía una altura de 45 metros desde cuya cúspide se podía admirar el complejo de lagos. Así como la multitud de poblaciones que los rodeaban y los volcanes nevados.
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Durante la visita a Tenochtitlán, el presidente estuvo acompañado de Dilma Rousseff, expresidenta de la República Federativa de Brasil. La exmandataria se dijo feliz de regresar a México y celebró la justicia social e igualdad que busca construir López Obrador.
“Regreso a México con inmensa alegría de volver a descubrir un país cuyo gobierno construye un horizonte de justicia social, de igualdad para su pueblo. Un pueblo que encuentra en su gobierno la fuerza del compromiso. México ha sido una nación inspiradora para los mexicanos y para los países de todo el mundo”, sentenció Rousseff.
Por su parte, el líder del Ejecutivo mexicano sentenció que la historia del país no es solo de guerra y conquista. Reconoció los avances hidráulicos, gastronómicos, de comercio y agricultura que lograron las culturas mexicanas.
“La fundación de la Ciudad de México hace 700 años fue el inicio de una etapa nueva y fecunda en la historia de nuestro país. Pero no todo fue guerra y sometimiento de pueblos conquistados. Hay evidencia de que los mexicas alcanzaron un importante refinamiento en gastronomía, en hidráulica, agricultura, comercio y manufacturas”.