Japón declaró el viernes un tercer estado de emergencia para Tokio, a 91 días de que den inicio los Juegos Olímpicos. En medio de la incertidumbre ante una nueva ola de contagios por COVID-19, las autoridades confían en que será podrán frenar la expansión del virus.
El primer ministro Yoshihide Suga anunció la emergencia sanitaria para Tokio, Osaka, Kioto e Hyogo. La cual durará del 25 de abril al 11 de mayo.
De acuerdo con lo dicho por el primer ministro, la decisión está enfocada en gran medida a ser “corto e intensivo”. Mediante la cual pretenden evitar que las personas viajen y propaguen el virus durante las vacaciones de la “Semana Dorada” de Japón. La cual va desde finales de abril hasta la primera semana de mayo.
Este nuevo aviso sanitario, representa el tercer estado de emergencia de Japón desde que comenzó la pandemia. Y ocurre apenas un mes después de que terminara una emergencia anterior en el área de Tokio. Durante días, expertos y líderes locales dijeron que las medidas de semiemergencia en curso fracasaron y expresaron la urgencia de nuevas medidas más estrictas.
De acuerdo con expertos del país oriental, las medidas de emergencia pasadas, emitidas hace un año y luego en enero, resultaron ineficaces. En febrero, el gobierno nipón endureció una ley sobre medidas sanitarias. Mediante ellas, las autoridades pidieron a las empresas no esenciales que redujeran sus horas o cierren. A cambio de una compensación para quienes cumplan y sanciones para los infractores.
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Medidas restrictivas
Las medidas esta vez son incluir órdenes de cierre de bares, grandes almacenes, centros comerciales, parques temáticos, teatros y museos. Los restaurantes que no sirven bebidas alcohólicas y los servicios de transporte público deben cerrar temprano. Las escuelas permanecerán abiertas, pero las universidades deberán regresar a clases en línea.
El uso de mascarillas, quedarse en casa y otras medidas para el público en general son medidas no obligatorias. Ante esto, los expertos auguran que no se seguirán, y esto podría aumentar los contagios.
Cabe mencionar que Japón, acumula alrededor de medio millón de casos y 10 mil muertes. Sin embargo, en más de un año de pandemia, no ha impuesto cierres. Y a pesar de esto, el gobierno advierte que la gente se encuentra impaciente y es cada vez menos cooperativa.
Osaka, el epicentro de la nueva ola de contagios
Osaka, el epicentro del último resurgimiento, se encuentra desde el 5 de abril en estado de semiemergencia. Esta situación se expandió a 10 áreas, incluida Tokio, sede de los Juegos Olímpicos.
Por su parte, el gobernador de Osaka, Hirofumi Yoshimura, dijo que las medidas de semi-emergencia no estaban funcionando. Ya que los hospitales estaban llenos de pacientes, por síntomas relacionados con el virus SARS-CoV-2.
Expertos calculan que el aumento del virus, está impulsado por una nueva variante más contagiosa detectada anteriormente en Gran Bretaña. Y esta se extendió rápidamente por todo el país.
Situación aunada a que el gobierno ha demorado la inmunización. Dejando a la población en gran parte desprotegida antes de que comiencen los Juegos Olímpicos el 23 de julio.
Fin de la emergencia el 11 de mayo
El fin de la emergencia está calculada para el 11 de mayo. Justo antes de una visita esperada del presidente del Comité Olímpico Internacional, Thomas Back. Lo cual provocó especulaciones de que el gobierno está dando prioridad al calendario olímpico sobre la salud de las personas.
Suga se ha mostrado reacio a dañar la economía. Ya dañada por la pandemia y enfrentó a críticas por su lentitud en tomar medidas contra el nuevo Coronavirus.
La campaña de inoculación de Japón va a la zaga de muchos países, con vacunas importadas en escasez. Mientras que sus intentos de desarrollar sus propias vacunas aún se encuentran en las primeras etapas. Las vacunas comenzaron a mediados de febrero, pero el progreso ha sido lento en medio de la escasez de vacunas y trabajadores de la salud.
El rápido aumento de pacientes que inundan los hospitales ha suscitado preocupaciones por una mayor escasez de personal y retrasos en las vacunas.