Arcano Político
Colaboración Especial de Mario Luis ALTUZAR SUÁREZ
*Celebramos el Día Internacional de Libro de la Lengua Española*
Han pasado muchos años desde las pinturas rupestres de hace dos millones 600 mil años al lenguaje digital, con la misma inquietud: ¿Cómo preservar y transmitir su cultura? Es decir, sus creencias y conocimientos, tanto en el espacio como en el tiempo. En donde a las formas del momento se magnifican y en cuestión de meses se olvidan.
Los sofistas de la tecnología adelantan la muerte del Libro. Entendido como una obra impresa, manuscrita o pintada en una serie mínima de 25 hojas (50 páginas) de papel, pergamino, vitela u otro material. Deben estar unidas de un lado, encuadernadas, protegidas con tapas, llamadas cubiertas y aborda cualquier tema.
Si contiene de 5 a 24 hojas lo definen como folleto y menos como hoja suelta, según los estándares de la UNESCO. En el Tercer Milenio incluyen a los libros digitales (los e-books, que son archivos para leer en una computadora o en algún dispositivo electrónico específico). Y los audiolibros (el registro de alguien leyendo, de modo tal que el libro sea accesible para los no videntes, por ejemplo).
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Evolución
Los libros han evolucionado desde el año mil 400 antes de nuestra Era. Desde la escritura china más antigua con cincuenta mil inscripciones sobre conchas de tortuga que incorporan cuatro mil 500 caracteres distintos. Hasta las hojas romanas impresas en el 440 antes de nuestra Era y la Biblia de Gutenberg de 1452. Es difícil pensar en que morirá el libro como memoria de nuestra cultura.
Tuve la fortuna de sostener la secundaria con mi trabajo en un taller de radio en los setentas. La orgullosa tecnología había pasado por las grabadoras de carrete. Y en ese momento se había masificado el uso del casete que podía grabarse por dos lados. En pocos años pasó a la historia para los discos virtuales de tres media. Y en pocos años dejar el reino del disco compacto, llegar al USB y al Ipad. Además, expertos anuncian cambios ante el empuje tecnológico.
El problema de estos sistemas digitales o electrónicos, es que al descontinuarse el material almacenado queda obsoleto. Con el agregado de que se requiere de energía eléctrica para abrir los sistemas y equipos. Mientras que un libro puede abrirse sin el mínimo problema y a la luz de una vela, se puede disfrutar.
Y en este 2021, en la trigésima tercera celebración del Día Internacional del Libro que después se le agregó la frase de los Derechos de Autor, observamos que los libros gozan de cabal salud pese a las acciones de los ambiciosos. Así como avariciosos personajes que usurparon el poder por medio de la manipulación de las urnas. Y la siembra del odio y la ignorancia para adoctrinar su maquinaria hitleriana propagandística.
Razonamiento como herramienta
Es en los libros en donde encontramos las herramientas de nuestro razonamiento para ejercer nuestro libre albedrío. En la defensa de nuestros sueños legítimos de aspirar a mejorar espiritual, económica y socialmente, en bien de nuestra familia. Y de nuestro México y el mundo en general.
El 23 de abril fue elegido desde 1988 como “Día Internacional del Libro”. Pues supuestamente coincide con el fallecimiento de Miguel de Cervantes, William Shakespeare e Inca Garcilaso de la Vega en la misma fecha en 1616. Sin embargo, Cercantes falleció el 22 y fue enterrado el 23, que es cuando se consignó su fallecimiento. Por su parte, Shakespeare murió el 23 de abril del calendario juliano, que corresponde al 3 de mayo del calendario gregoriano.
La Unión Internacional de Editores propuso esta fecha a la UNESCO. Con el objetivo de fomentar la cultura y la protección de la propiedad intelectual por medio del derecho de autor. La Conferencia General de la UNESCO la aprobó en París el 15 de noviembre de 1995. Por lo que a partir de dicha fecha el 23 de abril es el “Día Internacional del Libro y del Derecho de Autor”.