Por JL Lugo
Han pasado 48 días desde que Cruz Azul consiguió su primera victoria del Guardianes 2021. Lo hizo contra Pachuca, como visitante, después de la noche larga de Jonathan Rodríguez, la eliminación en Concacaf, dos derrotas en Liga MX y por supuesto, la penosa goleada a manos de los Pumas.
La primera victoria la consiguieron colgados del arco, con el rosario en la mano, con un cabezazo letal de Juan Escobar. Pero también con la inoperancia de un equipo que tardó ocho partidos en ganar y con un Mauro Quiroga que falló a medio metro de la portería de Corona. “Estamos gateando, después vamos a caminar”, dijo en conferencia de prensa, el peruano Juan Reynoso. Sumamente criticado después de ese planteamiento.
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“Ni el más optimista pensaba que después de esa pírrica victoria llegarían 8 más de forma consecutiva”. Así lo confeso el técnico peruano, en conferencia de prensa luego de la victoria ante Monterrey.
Sin duda el mérito de Juan Reynoso, radica en el orden defensivo que imprimió a sus jugadores, pero el trabajo mental para sacarlos del bache es innegable. Cruz Azul no tenía espíritu, eran fantasmas deambulando en el campo, ahora son un equipo que prioriza la buena defensa, con transiciones rápidas y despliegue por las bandas.
Todo el reconocimiento al equipo celeste que está a un triunfo de igualar su máxima racha ganadora (10 victorias al hilo), que consiguió de la mano del entrenador Raúl Cárdenas en la temporada 71-72. Y que terminó con el título de Liga a costa del odiado rival, las Águilas del América.
Lo que sigue
Sin embargo, este Cruz Azul no ha sido infinitamente superior a todos sus rivales, cinco de las nueve victorias las logró con marcador de 1-0. El siguiente rival es el sorprendente Atlas, que encontró en las oficinas de la Federación un motivo para renacer de las cenizas. Cuando parecía que el proyecto de Diego Cocca estaba encaminado al fracaso.
En el papel, la Máquina tiene todo para vencer a los Rojinegros, está en casa, tiene un mejor técnico y mejores individualidades. No obstante estos partidos suelen indigestársele mucho al Azul, donde se sabe superior y entra en excesos de confianza o exceso de miedo. Miedo a equivocarse, pánico escénico, terror al fracaso. Este equipo es el mejor del presente torneo, sin duda. Pero aún tiene un largo camino que recorrer, mucho que aprender y mejorar si pretende estar en la final mexicana, el 30 de mayo.
Mientras tanto, si usted es aficionado cementero, disfrute, partido a partido, no piense en si ganarán o perderán en mayo, falta mucho tiempo para eso. El equipo tiene un buen presente, y según su técnico, el techo es alto y no está cerca. Por ello la décima victoria, luce mucho más cerca que la ansiada novena estrella.