UNAM creó plataforma para ayudar a personas en duelo

Por Abel Luna

La cercanía que generamos con nuestros seres queridos supone un fuerte golpe emocional y afectivo cuando estos se marchan. Por norma general, cualquier persona capaz de generar relaciones que conlleven un apego positivo con el otro. Pasa por distintas fases antes de poder afrontar con serenidad el duelo y los duros golpes que esto representa.

Existen distintos tipos de duelos y pérdidas (repentinas, esperadas, deseadas, etc.) que además unidas a las características de personalidad inherentes a cada persona. Hacen que el modo de afrontar estas situaciones pueda ser diferente.

Cuando hablamos de duelo no sólo hacemos alusión al proceso por el que pasa una persona por la muerte de un ser querido. También a los sentimientos de tristeza o dolor que tenemos cuando debemos superar distintos tipos de pérdidas. Como pudiera ser un divorcio, cambio de lugar de residencia o pérdida de alguna parte de nuestro cuerpo. Así como quedarse sin trabajo, fases de cambio por el transcurrir de las etapas naturales de la vida, etc.

Elisabeth Kübler- Ross, fue una de las mayores expertas en esta materia, y elaboró las cinco etapas del duelo que a continuación exponemos. Es importante saber que el doliente no tiene por qué pasar por ellas en un orden predeterminado. Sino que más bien se pasa de una a otra indistintamente hasta que se logra aceptar la muerte o la pérdida. El duelo es un proceso que durará hasta que lleguemos a comprender esa pérdida y se instaure el sentimiento de poder seguir adelante con la vida sin el ser ausente.

Etapas 1 y 2

1ª ETAPA: La negación

Rechazar la realidad de la situación y negarla es bastante frecuente en el momento en que la noticia de la pérdida impacta sobre nosotros. A pesar de lo corriente que es esta fase, es importante que la persona no perdure en ella durante mucho tiempo, pues si no será incapaz de iniciar su duelo. En este momento la persona no está preparada para soportar todo ese dolor y por ello debe negar cierta información hasta que poco a poco pueda ir canalizándola.

El sentimiento extraño de no poder volver a ver o a estar junto a su ser querido hace que se encuentre en un estado grande de desconcierto e incredulidad. A tal grado que incluso pueda llegar a sentir que se trata de una pesadilla o que es algo temporal.

2ª ETAPA: La ira

Esta etapa comienza cuando la negación hacia la pérdida del ser ya no es posible pues es evidente y una realidad. El sentimiento de rabia o ira puede ir dirigido hacia el ser que ha fallecido, familiar, amigo e incluso hacia uno mismo. El dolor es tan grande que uno se plantea la injusticia de esa situación e incluso puede llegar a cuestionarse el porqué de la existencia, la religión, sus creencias, etc.

Esta ira es necesaria que se manifieste porque ayudará al proceso de superación.

Etapas 3 y 4

3ª ETAPA: La negociación

Esta etapa se puede dar antes de la pérdida, pues la persona afectada busca todos los medios necesarios para que no se produzca. Hacer un “trato” con algún poder superior para que la persona que se encuentra en fase crítica no fallezca a cambie de algún tipo de sus actos, conductas o estilo de vida. Es uno de los mecanismos de defensa que se pueden activar. El deseo o la ilusión es volver al tipo de vida de antes. Donde los pensamientos giran en torno a qué se podría haber hecho para que la situación que se está viviendo no se produjese, y por ende, evitar nuestro dolor.

4ª ETAPA: La depresión

Es la etapa donde los sentimientos de tristeza, incertidumbre, vacío, dolor, impotencia, irritabilidad y miedo ante la situación venidera invaden a la persona. Pues está comenzando a aceptar la situación. Además, quien la padece, cree que esto durará para siempre, y a pesar de que este hecho no es cierto, es imprescindible pasar por esta etapa.

Etapa 5 y conclusión

5ª ETAPA: La aceptación

El doliente comienza a aceptar esa pérdida, comprendiéndola y entendiéndola como parte de la vida. Reflexiones sobre el sentido de la vida y la aceptación de una vida sin la persona fallecida. Permiten poco a poco comprender y activar nuevos mecanismos para encontrarse bien en el mundo sin esa persona.

A modo de conclusión, comentar que la persona que pasa por un duelo no solo ve su vida alterada a nivel psicológico con diversos sentimientos. Como tristeza, melancolía, apatía, culpa, nerviosismo, irritabilidad, sensación de vacío, estrés o pérdida de interés por actividades. Sino que además, se ve afectada por patologías como dolores de cabeza, cansancio, trastornos del sueño, cambio de apetito, etc. que evidencian el estado en el que se encuentra.

“El duelo es un proceso, no un estado”

Anne Grant

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