A partir del día 26 de enero, las autoridades de Estados Unidos, pedirán una prueba negativa de COVID-19 como requisito indispensable para entrar en su territorio. Esta situación aplica para todos los pasajeros aéreos mayores de 2 años que pretendan ingresar a territorio estadounidense. Además, la prueba negativa de COVID-19 deberá realizarse por lo menos tres días antes del vuelo.
Este nuevo decreto, no es solo para turistas y trabajadores de otras nacionalidades. Aplicara también a los ciudadanos estadounidenses y a los residentes legales permanentes de la nación de las barras y las estrellas.
“La nueva orden ha generado mucha ansiedad entre la población. En parte porque el tiempo desde el anuncio hasta su entrada en vigor es muy corto. También, porque todavía no está muy claro que significa”, dijo Henry Harteveld, analista de la industria de viajes y fundador de Atmosphere Research Group.

Entonces, por orden de los Centros para el Control de Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC, por sus siglas en inglés). La prueba negativa de COVID-19 puede ser Reacción en Cadena de Polimerasa (PCR) o bien una prueba rápida de antígenos.
Cualquiera de las dos opciones debe ser negativa y fechada máximo tres días antes del viaje. Además, los viajeros deben presentarla en formato impreso o digital.
Las aerolíneas serán las encargadas de revisar que los pasajeros cuenten con su test negativo a COVID-19. En caso de que algún viajante no lo presente, se le deberá prohibir el abordaje al avión.