Por Abel Luna
Cincuenta periodistas fueron asesinados este año, principalmente en países que no están en guerra. México encabeza la lista, con ocho homicidios, según datos de Reporteros Sin Fronteras (RSF). Revelados en su informe anual difundido este martes.
El estudio también denuncia las múltiples violaciones al derecho de la información. En algunos casos, amparadas en las medidas de excepción adoptadas para combatir la pandemia
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El informe anual de Reporteros Sin Fronteras destaca que si bien es un número que se mantiene relativamente estable. El porcentaje de periodistas asesinados en países con guerra no ha cesado de disminuir desde 2016. Pasó de 59% a 32% en los países en conflicto con respeto a las naciones donde hay conflictos bélicos en los últimos cuatro años.
En México callan a los periodistas con la muerte
Durante el 2020, siete de cada diez víctimas perdieron la vida en países donde reina la paz. La mayoría de los casos con la voluntad expresa de silenciarlos, como explicó Alfonso Armada, presidente de la sección española de Reporteros Sin Fronteras.
“La mayor parte de estos asesinatos han sido deliberados, han ido directamente contra los periodistas. Mientras que en las guerras muchas veces un periodista muere, porque recibe un proyectil o cae una bomba y porque forma parte de los riesgos de cubrir un conflicto. En este caso un 80% han sido asesinados directamente porque buscaban eliminarlos.
“Tal es el caso de México donde hay dos casos particularmente sanguinarios: Julio Valdivia Rodríguez, periodista del diario El Mundo. Quien fue decapitado en Veracruz y su colega Víctor Fernando Álvarez Chávez, director del medio digital local que fue cortado en pedazos en Acapulco”.
RSF también señaló el carácter particularmente atroz de muchos de los crímenes. Como el del periodista mexicano Julio Valdivia Rodriguez del diario ‘El Mundo de Veracruz’, decapitado. El de su compatriota Víctor Fernando Alvarez Chávez, cortado en pedazos. O en la India, donde Rakesh Singh fue quemado vivo, e Isravel Moses asesinado a machetazos.
Ochenta y cuatro por ciento de los periodistas que murieron en el curso del año fueron abatidos deliberadamente. El organismo también denuncia un número creciente de violaciones de la libertad de prensa. Que se escudan muchas veces de medidas de excepción adoptadas para combatir la pandemia.
En la primera parte de su balance anual, publicada a mediados de este mes, RSF ya había lamentado que 387 periodistas fueran encarcelados. “Una cifra históricamente elevada”.
“Una parte del público considera que los periodistas son víctimas de los riesgos del oficio. Pese a que cada vez reciben más ataques cuando están investigando o realizando reportajes sobre temas sensibles. Lo que se acaba debilitando es el derecho a la información”, denuncia Christophe Deloire, secretario general de RSF.