Personas de la Calle

por Redacción InformativoQ Noticias

Por: Marcela Rodríguez

 

  • “Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos y, dotados como están de razón y conciencia, deben comportarse fraternalmente los unos con los otros.”       Art. 1º, DECLARACIÓN UNIVERSAL DE DERECHOS HUMANOS (Adoptada y proclamada por la Asamblea General de las Naciones Unidas en su resolución 217A (III), de 10 de diciembre de 1948)

Personas de la calle. ¡Quédate en tu casa! Pregonan con altavoces por las calles. Desolador escenario cuando llega la noche para muchos y transfiere la sensación de abandono: sin un techo, al amparo del único abrazo disponible, el ausente calor humano: la fría pandemia. Unos, peregrinos, vienen huyendo de un pasado de dolor. Transgresiones y abusos a su etnia, su casa y su persona. Otros, exiliados, negados de pertenecer al núcleo familiar, por condiciones imposibles de sostener a una madre soltera o un abuelo-padre, o un “camarada” solidario de la vida sin hogar.

Padecen displasias, epilepsias, síndromes en diferentes grados, enfermedades paralizantes, degenerativas, autoinmunes y con ello sí, también algunos, una pequeña minoría que descredita al resto: vicios e inestabilidad mental. Sufren esa condición, pero se sufre tanto como se vive, además sin una identidad, sin un baño o cambio de ropa, con la certeza del hambre y sin un nombre y lugar en la sociedad.

 

¿Qué nos espera para ellos? Dónde quedan los nombres, capacidades, derechos y responsabilidades de los individuos sociales tales ¿qué lugar tienen en la sociedad? ¿De quién son responsabilidad? El indigente, menesteroso, necesitado, pobre, habita en desamparo, miseria, penuria, carencia, estrechez, privación, mendicidad: Un lugar donde no debiera estar un SER HUMANO, sin embargo, en el absurdo de la soledad, se acompañan de sólo de sí mismos, pues nos hemos tardado en emprender acciones de rescate por ellos: por los que ya están en vida, por los que las circunstancias de su núcleo original, contexto y errores propios del humano en el entorno les ha dado el ser. Así es ser los parias de nuestro contexto: NUESTRO.

 

Porque son nuestra grey, somos el gregario y lo menciono porque, pareciera que no nos duele lo suficiente, porque resultamos ser ajenos, indiferentes y persignados ante lo que en ellos se nos presenta pidiendo una moneda, temblando en una banqueta o labrando alguna artesanía; luchamos por la agenda de muerte de los aún no nacidos, y no levantamos los brazos con fuerza ¡por los vivos! El gobierno municipal “no quiere atender esa responsabilidad” … no nos da para involucrarnos, porque ni siquiera se esfuerza en hacer su parte, que todos tenemos, mas no le interesa.

 

No opera marco jurídico, no abre foro ciudadano, no consulta, no atiende diálogo, no tiene plan de acción, no nada y cada vez más, se ven por las calles y rincones las cobijas y reciclados, que en ellas resguardan historias de abuso y explotación: del menor, del indígena, del octogenario; explotación sexual, laboral, familiar… personas carentes del reconocimiento de su derecho humano de: La Dignidad.

 

Le importa al cabildo y diputados locales, exigir la renuncia del director de la DMSP Lic. Bracho Marrufo, le prioriza al alcalde obras públicas fuera de necesidad, cierran espacios comerciales “para evitar contagios”, sin un plan de amortización del impacto económico para evitar crisis financieras, pero le importa disculparse por el uso legítimo de la fuerza. En el foro que buscó el diálogo y no se dio.

¿Por qué no se atiende esta primera necesidad, porque no legislar y sesionar a solucionar el problema de la creciente situación de indigencia? ¿Por qué aparentar misericordia con animales en calle y desatender personas que están en capacidad y urgencia de ser rescatadas, reformadas y reinsertadas de manera digna en la sociedad?

Basta ver el ejemplo de otras ciudades. Caos, enfrentas y motines, como hechos históricos han sido la consecuencia de un descuido tal. Ojalá ayuntamiento y  ciudadanía demostremos la competencia que la situación nos demanda. Es tema de la gestión de política y jurídica por parte de la autoridad vigente, se espera muestren la capacidad de respuesta; a la par la ciudadanía seguimos en el margen de colaborar desde la colectividad e individualidad, al dar DIGNIDAD: calor, afecto, y alimento a la condición de la vida, que da muchas vueltas.

 

Como todo asunto de Derechos Humanos, conlleva empatía. Cómo me quedo en mi casa ¿si no tengo, ni soy digno de una? “¡Ojalá que me lleve la pandemia!”, nuestros abandonados dirán.

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