Con la finalidad de darle estabilidad política a Bielorrusia el presidente de Rusia, Vladimir Putin, afirmó intervendría con la policía.
Sin embargo, durante una entrevista por televisión, externó coincide con Alexander Lukashenko que por el momento no habría necesidad de aplicar otras medidas para reducir las protestas masivas que se han extendido desde el pasado 9 de agosto.
Para los bielorrusos su principal inconformidad es por lo que han llamado “imposición” de Lukashenko en las votaciones ese día, resultando electo por un noveno periodo, aparentemente con el 80 por ciento de papeletas en su favor.
Para Putin la aplicación de medidas de contención de las fuerzas de seguridad en ese país han sido “bastantes moderadas, a pesar de todo”.
Este jueves en varias ciudades de Bielorrusia fueron escenarios de manifestaciones a favor y en contra de los resultados de esos comicios.
El Ministerio de Salud reportó la muerte de 2 personas. Rusia tiene acuerdos con el país en los terrenos políticos, económicos y militares muy estrechos, pues el Kremlin considera a su vecino como baluarte en contra de la expansión occidental y un intermediario importante para sus exportaciones de energía.
Pero el clima económico de ninguna manera presenta un panorama tranquilo, ya que empiezan a escasear las divisas en los bancos, los euros y dólares se agotan y algunas empresas de nuevas tecnologías amenazan con su salida del país.
En Minsk, la ciudad capital, circularon varios manifestantes en bicicletas, quienes apoyan a Lukashenko, y dijeron su marcha fue en favor de la paz, la seguridad y la estabilidad.
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